En mayo os presenté la glicinia, ya comenté que era Josean  el que quería un bonsái de este árbol. Ha estado todo el verano con una brotación espectacular.

En julio estaba así.

En agosto no sé que ocurrió que un día me encontré que las hojas estaban cayendo, terminé de quitárselas y en una semana había brotado otra vez.  Este lunes saqué un rato y me  puse con ella, como véis estaba de nuevo desmadrada.



En un plis-plas, todas las hojas fuera, en esta foto se observa bien la disposición de las ramas




Unos alambres de nada y ya podía colocarlas.






Cuando llegó Josean de trabajar y le dije que me había puesto con ella, salió a la terraza y no la encontraba, casi le da un infarto cuando vio como la había dejado, yo que pensaba que ya se iba acostumbrando a ver mis trabajos,

Espero que este año florezca y así se le pase el enfado.


Un abrazo

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