Muchos de vosotros ya sabéis por las redes sociales que hace un par de semanas he pasado unos días descansando en Ibiza. Mirara par a donde mirara todo estaba lleno de sabinas.

Sabía antes de ir que, por ejemplo en Formentera, una de las visitas que tenía previstas, estaban protegidas, eso sí me he venido convencida que cada uno se salta la ley de costas a su antojo. No voy a entrar en polémicas. Así que os traigo los paisajes de sabinas de los que he disfrutado, tanto en Formentera como en Ibiza. Me han llamado la atención varias cosas:

- Crecen hasta el borde justo de la misma playa, en terreno arenoso o con piedras y con el viento dando de frente, por lo que algunas presentan ramas muertas.

A menos de 10 metros estaba yo tomando el sol en la playa.

- En Formentera la mayoría eran sabinas phoeniceas, protegidas por ley, densificando muy bien, cosa extraña porque tienen fama de ser muy malas para conseguir un verde adecuado y en nuestra afición la mayoría de phoeniceas acaban injertadas.Le pregunté varias veces a la guía de ese día porque había tantas construcciones nuevas en terreno que ocupaban las sabinas pero no me supo contestar.Tuvimos tiempo libre para bañarnos pero yo preferí  pasear por el parque natural que estaba al lado de la playa
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- Las raíces se extienden a lo largo.



En una de las calas vimos como las raíces de las sabinas eran la única sujeción de una grieta que había en lo alto de un precipicio.




- En unas ocasiones crecen solas y entonces son más bajas, pero cuando conviven con los pinos, compiten con ellos y  en ocasiones los superan en altura.




- Por supuesto, muchas de ellas, más altas que yo.



- En ocasiones me entraban ganas de ponerme a limpìar madera, no tengo remedio.


- Muchas a tope de frutos.


Visto lo que he visto me estoy planteando usar arena de silice para mi sabina. De momento se queda como está, pero ya os iré contando.

Aquí tenéis un video con todas las fotos.



Un abrazo