¿Recordáis que en junio os presenté a uno de los nuevos de este año y que lo alambré para ir dándole forma? Recordaba haber leído en algún sitio que a los alerces en agosto hay que quitarles los alambres, repasando lecturas para cerciorarme, no  lo he encontrado, pero aún y así, como había alguno empezando a marcarse, decidí quitarlos y a ello me puse una tarde sin nada que hacer de estas últimas de agosto. Las marcas no son grandes pero no me gusta que se hagan.

El árbol ha brotado mucho, mucho y sigue brotando.



Me he entretenido  mirando que cosas tengo que mejorar. Estos tocones  de restos de poda que ya venían con él.


La copa desde arriba presenta mejor aspecto, pero desde abajo parece un peine con dos filas de púas, está claro que tendré que eliminar muchas de esas ramas.



Del tronco me gusta el aspecto que va cogiendo la corteza pero no me gusta que sea tan recto, he intentado desenterrar un poco para ver  que me encuentro pero no he visto nada, ya lo he puesto en la lista de trasplantes próximos.



Con el alambre he conseguido darles un poco de forma a las ramas que eran totalmente rectas, pero todavía queda mucho.




 La parte que me gusta tiene buen aspecto pero ahora ya me gusta también aprovechando un poco la rama que rama que cae.


Vamos que tengo unas ganas horrorosas de sacarlo de la maceta y ver que camino tomo.

El caso es que tenía miedo de quitar el alambre, sólo ha estado puesto dos meses y una semana y me parecía poco, tenía la seguridad de que siendo tan flexible pasaría como con los ficus que quitas el alambre y la rama recupera la posición de  antes del alambrado y me ha sorprendido. Se han quedado prácticamente todas donde las puse. Esta es la foto sin alambres.


Ahora un montaje comparando el cambio en estos dos meses y medio.


Tengo hasta una posible maceta pensada para él. Cuando llegue la época del trasplante os volveré a enseñar lo que he encontrado y como seguiré con él. De momento espero verle otoñar.

Un abrazo.


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