Los árboles del domingo

miércoles, noviembre 25, 2015

Os conté que nada más llegar hicimos un recorrido por el jardín, aprovechando que no llovía, había que disfrutar de los bonsáis, luego un café rico, rico para entrar en calor y ya nos dispusimos a trabajar.

El primero fue una encina de Anibal, él sólo quería saber como trabajarla, pero enseguida tenía un nuevo frente, una nueva inclinación y ordenes precisas: para poder colocarlas ramas, primero tienes que alambrar todas y luego decidimos con cual nos quedamos.







Después de varios intentos, a lo largo de la tarde ¿pero en serio que tengo que alambrar todo? Siii, todo, todo, cuando la jornada estaba llegando a su fin la encina parecía otra y Anibal además tenía claro como tenía que seguir trabajándola para conseguir densificar el verde.




Luego fue el turno de Ana, había llevado dos pequeños y me he dado cuenta de que no tengo fotos: un manzano con una gran zona muerta y dos gruesas cicatrices de poda que ya estaban cuando llegó a sus manos,  le dieron ideas para cambiar de frente e instrucciones para que las cicatrices vayan cerrando. El segundo, era un acer palmatum resultado de un acodo que quiere trabajar en estilo escoba, una ligera poda, tres alambres y voilá ya estuvo listo.

Paramos para saludar a Sergio que se incorporaba en ese momento, nos llevó empanada para la hora de comer, y se iba a poner con un pino suyo tamaño "mame" el tronco es como mi pierna.




Llegó mi turno, llevé un pino, me ayudaron a darle forma a las ramas gruesas, bueno más bien lo hizo Josu, yo últimamente ando escasa de fuerzas. En ello estábamos cuando alguien dijo que era ya la una y había que almorzar, además  no llovía demasiado así que Sergio, Ana, Anibal y Jose Luis salieron de nuevo al jardín para seguir resolviendo dudas, es un lujo porque Jose Luis no deja ninguna pregunta sin contestar. Josu estaba con mi pino y yo me quedé con él almorzando sobre la marcha. Jose Luis  me riñó porque  separo demasiado el alambre, Josu comentó que también se había dado cuenta de ello pero que no me había dicho nada porque al colocar las ramas se había dado cuenta que el alambre hacía el efecto deseado, intentaré juntarlo más.

Después del almuerzo, cada uno nos pusimos con lo nuestro, Jose Luis estaba con un tejo.



Josu estaba con una sabina, tenía un trapo húmedo que había puesto con anterioridad en una zona para trabajar la madera, se dedicó eliminar las marcas de la herramienta mecánica, con alicate de jin y formón va eliminando fibras, cuando le gusta el resultado le pasa un poco el soplete y luego le pasa el cepillo de nylon con la dremmel, le queda un resultado muy natural



Dejó puesto de nuevo el trapo húmedo para seguir trabajando otra zona al día siguiente.



Aunque no se aprecia, la sabina estaba llena de flores, nos explicó cómo quitarlas correctamente para que luego la punta no se ponga marrón y Ana se dedicó a ello mientras él hacia la madera, como yo le tenía detrás mío me avisaba cada vez que iba a hacer algo diferente en la madera para que viera.

Hicimos parón para comer y un poco después de las cuatro volvimos cada uno a lo nuestro.

Con tanta interrupción y mi ritmo más lento de lo habitual no terminé de alambrar el pino, pero Josu empezó a colocar la rama principal y me explicó como seguir.



Tengo deberes pero todavía no me he podido poner a hacerlos, así que cuando los haga pondré entrada con el pino.

Ya tengo ganas de volver a coincidir con ellos, y esta vez va a ser muy pronto porque nos vemos en la Tantai.

Un día redondo y que espero que se repita. Lamento no haber hecho más fotos, pero ni me di cuenta.

Un abrazo


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6 comentarios

  1. Por la vergüenza que da el respeto para quien altruistamente te quiere enseñar obedecí durante horas, enrollando el alambre por cada una de las ramitas, un despilfarro. Casi al final fui capaz de darme cuenta de aspectos, curvas y huecos que hasta el domingo no me había fijado estaban en mi árbol. Mi cabeza, cómo en todo, había obviado el trillón de fotones que emitían los detalles para quedarse con los suficientes para determinar que aquello era una encina bonita. Al acabar, en menos de 5 min, me colocaron el árbol. Hacen trampas, se pasan casi todos los días fijándose en los detalles, saben contemplar y deducen cual es el mejor movimiento. Lo ven. Ellos alambran cada una de las mil y una ramitas de su jardín, están entrenados a ver lo pequeño, yo no, me ahorraba alambrarlo todo.
    Pregunté mil dudas, todas las contestaciones fueron parecidas; hicimos eso y lo otro que nos dijeron y aquello que leímos pero no funcionó, ahora hacemos esto que funciona. No hay por que síes, hay ejemplos, teoría y mucha, mucha experiencia.
    Voy a tener que dejar de ir, salgo siempre enganchadísimo a esta droga y mi deuda con ellos empieza a ser inafrontable.
    Muchas gracias por vuestra generosidad. Y muchas gracias Loli por aquel día que nos llevaste a conocerlos.

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    1. ¿Como que vas a tener que dejar de ir? Y yo que pensaba que querías repetir!

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  2. Se disfruta mucho trabajando con amigos, y sobre todo con gente que sabe más que uno y que te sabe guiar.
    Gracias por compartirlo, lo de las fotos pasa mucho, estás tan metido en faena y disfrutando, que se te olvida...
    Un abrazo

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    1. Antes de salir de allí, ya estábamos pensando en la próxima o sea que imagínate, lo bien que lo pasamos.
      Un abrazo

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  3. Magnífico reportaje, Loli, de lo que ha sido una fantástica jornada de bonsái entre amigos. Me alegro de que lo hayáis disfrutado tanto.

    Un abrazo a todos.

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    1. Ha sido genial, como le he dicho a Daniel, pensando ya en la próxima.
      Un abrazo

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