El bonsái y nuestros miedos
lunes, julio 16, 2018Había pensado reeditar el artículo sobre el bonsái y el miedo que escribí hace tiempo para Rutabonsái, pero luego se me ocurrió preguntarle a mis alumnos de este año a qué tenían ellos miedo.
Me han contestado cuatro de ellos, Maite, Marivi, Marian y Andrés y antes de que leáis lo que me contaron, comentar que todos tienen el bonsái elegido para aprender sano. Durante el año, han podado, trasplantado, alambrado, pinzado, aprendido a abonar y regar adecuadamente y a distinguir algunos de los problemas más comunes. Y todos ellos han acabado teniendo algún árbol más.
A Maite, como me contó el primer día de clase, se le morían hasta los cactus, ahora se ha enganchado y además de bonsáis ha empezado también con los kusamonos. Esto es lo que me contó:
"Pensaba que eran muy delicados, que requerían mucho mimo y mano.
Pensaba que sólo los expertos en el mundo de las plantas, podían lograr las
maravillas que veía. En mi caso, soy una persona a la que las plantas no le aguantaban. Me he cargado varios cactus, geranios, violeta africana,...
Y creía que los bonsái eran como bebés, superdelicados.
Y luego tampoco me decidía porque pensaba que era un
hobby caro y que tenía que tener mucho espacio para hacerlo. Pero mi mayor
miedo era eso, creer que eran super delicados
A día de hoy, ya no
pienso nada de eso. Si se elige que bonsái es resistente, con unos cuidados
básicos, mínimos se puede lograr maravillas. Y con unos buenos consejos, no es
necesario gastar un dineral en material. En mi caso sólo tenía un repisa a
pleno sol de 1,60 metro largo, 30 cm de ancho y otra pequeña en el baño. Y con
lógica y repito, buenos consejos, he logrado tener 3 bonsáis y 9 kusamonos...
Bueno, y un bonsái más en camino.
La clave para superar los miedos son los consejos y paciencia,
que en mi caso era muy bestia y quería resultados rápidos en las plantas
Ah, y también gracias a que se empezó a impartir un curso de iniciación al
bonsái en la casa de cultura. Sabía de la existencia de una asociación de
bonsai, pero como para mí, era necesario ser una persona avanzada en este
mundo, no me parecía bien ir sin ninguna noción. Que conste que tampoco lo
intenté, que probablemente me hubieran ayudado.
Me acuerdo de la anécdota que alguien contó el año pasado, que le dejaron
unos bonsáis a unos familiares que ni idea de bonsái. Y al volver, estaban
mal porque creían que con sólo regar un minuto, valía, que eso era suficiente para mojar
ligeramente la tierra."
Mariví, ha sido un triunfo personal verla ir perdiendo el miedo, aunque le queda mucho camino. Esto fue lo que me contó:
"Yo ya tenía bonsáis porque me gustan muchísimo las plantas
pero los tenía como plantas normales, solo las cortaba un poco para que no se
me desmadraran. No las sacaba ni de los tiestos que traían porque me daba mucho
miedo. Ahora eso ya lo he
conseguido.
Lo que peor se me da
es irles dando forma, porque sigo sin aclararme.
Antes tampoco tenía ni idea
lo de los abonos y eso ahora también me voy aclarando.
Hace más de 20 años me
regaló mi familia un bosque de 7 arbolillos (que ni se lo que eran y con un
cuidado mínimo (nunca les cambié de tierra) me duraron un montón de años, hasta
que un verano
se los dejé a mi
cuñada (que no le gustan nada las plantas) y cuando volví ya los tenía
moribundos"
Marian, desde el primer día me sorprendió lo decidida que era para poner en práctica lo que les explicaba. Es la única que ahora tiene más miedo que al principio:
"Después de un año la sensación de “miedo” es mayor que al principio, ya que al inicio del curso el desconocimiento era tal que ese miedo no existía.
Ahora el temor a no reconocer a tiempo el problema para
darle solución existe.
El tener como apoyo el grupo de whatsapp y poder mandar una
foto me quita esa inseguridad que ha aparecido al finalizar el curso.
Espero que el año que viene podamos hacer el siguiente curso y ahondar más en el tema porque el mundo
del bonsái engancha."
Andrés, había hecho algunas cosas por su cuenta y la verdad es que tiene buena mano. Este ha sido su comentario:
"Había tenido algún que otro bonsái, mis cuidados no pasaban de
regar, en demasía casi siempre, abono líquido y algún que otro año y tras mirar
alguna web trasplantar. Todo ello siempre con miedo, porque no tenía ninguna
certeza sobre lo que estaba haciendo. Mi sensación siempre era la misma, lo estoy
matando. De podar, pinzar y alambrar ni hablábamos, que era eso, ¿ponerle un
alambre a un árbol? Eso no puede ser sano, lo mismo el árbol se me rebota y me
pincha en un ojo. No es lo mismo ver unas fotos o un vídeo de como la gente lo
hace, a que alguien te diga pon los dedos así, no aprietes de esa forma porque lo
vas a marcar y muchos más consejos. En tan poco tiempo no se te quita la
incertidumbre del todo, pero ya sabes y te atreves a intentarlo. Te dices,
igual lo estropeo, pero en el peor de
los casos ya volverá a crecer.
Además cuando empiezas y cometes el error de buscar en
cualquier web, porque no conoces fuentes fiables, ves información muchas veces
contradictoria o de difícil evaluación. ¿Qué es proteger del sol? El sol de Almería o nuestros 26 grados y con una humedad de caballo y todo ese tipo de
cosas."
Y por mi parte, diría que ahora mismo lo paso mal sobre todo en el primer trasplante importante del arbol, ¿responderá bien al paso de un contenedor grande a una maceta de bonsái?, o cuando llega un árbol nuevo a casa, y se tiene que acostumbrar a la terraza, sobre todo miedo a que les ataque algún hongo y no saber que ocurre, aunque reconozco que ahora cuento con la inestimable ayuda de Juan José Pardo que en este campo tranquiliza mucho.
De las opiniones de mis alumnos se puede deducir una recomendación valida para todos los que empiezan: busca quien te ayude a empezar, acude a un cursillo de una asociación o de una escuela de bonsái, seguro que cerca de tu zona hay alguno.
Gracias por sus aportes a Maite, Mariví, Marian y Andrés.
Un abrazo
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