Como llevamos ya días con temperaturas agradables, sigo con los trasplantes, en esta ocasión dos de los últimos en llegar a casa.

El primero es la grewia, desde que llegó en octubre he estado vigilante, no sabía como iba a responder a este clima, Jaume me dijo que era fácil pero estaba preocupada por lo que podría ocurrir al llegar el frío. Al principio perdió bastante hoja, pero  luego floreció y ha llegado a febrero desmelenada.

Recorté las ramas que estaban disparadas y luego la trasplanté.



Cogí musgo de uno de los otros bonsáis para proteger las raíces mas superficiales.

En estos diez días trascurridos después del trasplante ya da señales de movimiento, pero asigo vigilando.

El otro que hice y a este no lo conocíais todavía fue la callicarpa japónica.




Llegó en enero a casa casi por casualidad. Es una especie que me gusta sobre todo por el color de sus frutos. Era de la importación de Bonsai Sense de 2018 y llegó brotada por lo que no la trasplantaron según me contó Deyssa, en las fotos se aprecia que el borde de la maceta de entrenamiento estaba roto.



Lo puse en la lista de trasplantes y busqué por casa una maceta de las desocupas, tenía una de Mª José González y decidí probar si entraba en ella.



Saqué el árbol  y me encontré con un barrizal.


Me costó mucho tiempo deshacer el bloque, pero finalmetne lo conseguí, ya iba apurada de tiempo y no limpié ni la maceta nueva.


Este año nos iremos conociendo. Este fin de semana he aprovechado a seguir con los trasplantes pero todavía me quedan 6.


Un abrazo


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