Como no me ha dado tiempo a seleccionar fotos, inicio la serie de entradas que voy a dedicar a la Nishikiten con un repaso a todo lo que se ha podido ver este fin de semana.

Decir que me lo he pasado genial es quedarme corta. He disfrutado muchísimo y seguro que volveré.

Felicitar a la organización, siempre pendientes de todo y de todos. Con una capacidad para resolver los problemas que iban surgiendo que me encantó. El viernes por la tarde se encontraron con que fallaban varios árboles, punto negativo para los que se comprometen y luego no aparecen,  en un santiamén se improvisó la solución, nadie notó el sábado la ausencia, ni se vieron huecos vacíos.

Estrenaban recinto, y me ha parecido una buena elección, muy amplio y luminoso. Con muchísimo espacio para circular mientras disfrutabas de los árboles, los fondos perfectos, de madera, con lo cual te ahorras arrugas y transparencias, sin cortes ni juntas que molesten para disfrutar del árbol.


Cada expositor disponía de dos metros de ancho y dos de alto para colocar su aportación. Ese espacio daba una sensación de amplitud espectacular, ningún árbol sobresalía por arriba ni estaba "pegado" al siguiente.


Me encantaron las tarjetas de cada árbol,  al igual que los trofeos, obra de Carlos Vives.

Disfruté de la exposición de suiseki, de ikebana, de las piezas antiguas, alguna de 700 años. Todo os lo enseñaré en entradas especiales.




Me encantó coincidir con Kuka y Txus, siempre es un placer charlar con ellos y de paso contribuir a la recaudación de fondos para una buena causa. Como de costumbre Kuka preparó una exposición espectacular. Y lo mejor es que vendió todo lo que llevó.



Salvo los talleres, todo estaba en el mismo espacio, eso permitía que los desplazamientos para ir viendo las demos fueran cortos.


El mercadillo ha sido un éxito rotundo, hubo horas en las que no se podía circular por esa zona, algunos me comentaron que habían vendido más que en Saulieu.


La cena de entrega de premios del sábado espectacular, comimos muy bien y mucho.


Gracias a la organización, sobre todo a Manel Luque, presidente actual de la Junta directiva, que ha estado pendiente de mi todo el tiempo, me ha permitido estar presente en la selección de premiados, viendo como los elegía Imai Chiaru, y confió en mi para hacer una visita guiada el domingo, cuando le falló el responsable de la misma. Espero no haberle defraudado.

Lo dicho, ha sido genial, me he venido con muchas fotos, la maleta más llena que al ir y con nuevos amigos.

Un abrazo