Estos días hemos visto muchas publicaciones con este texto "Una sí, una no", los más veteranos enseguida saben de qué estamos hablando, pero como siempre, pienso en los más novatos.

Es una alternativa al defoliado, menos traumático para el árbol y se consiguen los mismos efectos: nueva brotación con hojas de tamaño más reducido.

Yo lo hago en cuanto veo que el árbol está muy denso, generalmente después de haber pinzado unas semanas antes la primera brotación.

Se trata de ir cortando una hoja de cada par, elijo la más grande, con ello aclaramos la copa y dejamos que la luz penetre al interior. Cuando vuelve a brotar lo hace con hoja más pequeña, una vez ya brotado, quito las hojas que había dejado en la primera sesión.

Generalmente lo hago con los arces.

Os pongo el ejemplo del acer arakawa.

El 16 de marzo ya había brotado y lo pincé.
Creo que fui muy conservadora, porque el pasado 29 de abril tuve que volver a ponerme con él.